Media Maratón Movistar: ¡A por el último empujón!
Queda apenas una semana para la gran cita que muchos del Club de Corredores Iron Sport 3C llevamos esperando: la Media Maratón Movistar 2019 del 7 de abril en Madrid. Las semanas de planning se van acabando, las tablas de fuerza van dando sus últimos resultados (y agujetas de vez en cuando) y los entrenamientos van llegando a la recta final. Todo ello para poder cruzar la línea de meta con los brazos en alto dentro de un par de domingos.
En el post anterior hablaba del esfuerzo y disciplina que hay que tener para llevar un planning -de manera satisfactoria- a cabo, con su inevitable dosis de sacrificio. Aún así, hay ocasiones en las que por muy organizado que lo quieres tener todo para contar con tus horas y ratos libres para entrenar, no lo terminas de lograr. El trabajo, la casa y obligaciones personales han pesado algo más de la cuenta en las últimas semanas y no me han dejado dedicarle todo lo que quería al running durante este planning.
¿Quiere decir eso que llego peor preparado esta vez? ¿Que no voy a terminar la media maratón del 7 de abril? La sensación que tengo es que las piernas quizás no están tan fuertes como en otras ocasiones, pero por suerte hay algo de fondo físico acumulado que espero que sea la reserva suficiente para poder cruzar la meta del Paseo del Prado en plenas condiciones. Aún así, no hay que bajar los brazos y dar todo lo posible en los días que quedan para afrontar el último empujón antes del gran día.
Por el camino este mes de marzo ha habido entrenamientos de todo tipo. Los ha habido más duros y menos duros, tiradas largas, y por supuesto tablas de fuerza que cuestan y que hay que sacar toda la voluntad propia de uno mismo para tirarse al suelo en casa y hacerlas, pensando en el beneficio que traerá después. También he sufrido jornadas interminables en el trabajo que me han hecho perder contra mi voluntad más de un entrenamiento y carreras que ni en mis ‘mejores sueños’ podrían haber salido mejor. Mis compañeros del club ya saben a qué me refiero.
Aún así, la mejor prueba de fuego, el mejor calibre posible para saber en qué punto me encontraba de la preparación fue el pasado 24 de marzo en la carrera Metlife. Los 15 kilómetros que separan la salida en Plaza de Castilla de la meta en Príncipe Pío los recordaba con mucho agrado del año anterior. Al ser un recorrido con un perfil en clara bajada, aunque con 3 repechos de “aquí te espero”, la hace una carrera muy rápida y un termómetro muy apropiado para saber el punto de cocción estás de cara a los grandes eventos que hay en el mes de abril.
En mi caso, hubo partes que costaron más que si hubiera llegado en otras condiciones pero en cambio el ritmo medio no fue malo: 4:47 min/km. Quiero pensar que tanta bajada ayudó lo suyo, pero la compañía en casi todo el recorrido de Juan, Cristina y Nerea en su carro (¡quién se cambiaría por ella en alguna carrera!) me hicieron llevar un ritmo constante todo el rato. Y cuando las piernas no funcionaron como otras veces, la cabeza hizo el resto.
Poco queda ya para alcanzar el objetivo final. Somos más de 20, si no me fallan las cuentas, los que vamos del club a comernos las calles de Madrid el 7 de abril. Espero que cuando tenga que sentarme frente al ordenador y redactar las últimas líneas de este serial sea con una sonrisa de oreja a oreja por la satisfacción de haber cruzado, de nuevo, la línea de meta de una media maratón, algo que como ya he dicho otras veces, sin este club, compañeros y entrenadores sería algo mucho más complicado de conseguir. ¡Mucha suerte a todos en sus retos!
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