Crónica Domingo por la Pedriza
Se pronosticaba un día frío pero soleado y sin viento. Las condiciones climáticas acompañaban y hacían prever una estupenda mañana de trail running en uno de los lugares más emblemáticos de la sierra madrileña, La Pedriza.
Jose, Manu, Carlos, Juanki, Rubén y Cris (La Mister) con su fiel compañero Baloo nos presentamos puntuales a las 8am en el habitual lugar de encuentro de Tres Cantos. Después de organizarnos en 2 coches nos dirigimos hacia Manzanares el Real donde estaba previsto el comienzo de la ruta.
Una vez en Manzanares, empezamos a vislumbrar los vestigios de la nieve que había caído estos días atrás. Sorprendidos, empezamos a comentar que no habíamos calculado bien la cota de nieve y que quizá sería imposible correr por la ruta que en principio teníamos planificada. Aun así, decidimos continuar hasta el parking de “Casa Julián” y comprobar in situ las condiciones del terreno.
A las 8:40 llegamos al concurrido parking y tuvimos la suerte de ocupar las últimas 2 plazas libres. En apenas 10 minutos ya estábamos listos y bien equipados con guantes, buffs, gorros e incluso unas “elegantísimas” orejeras que lucía algún miembro del grupo 😉
Rápidamente nos pusimos en marcha con bastante recelo debido a las placas de hielo que empezamos a ver y sufrir sobre el asfalto del aparcamiento. Ya en los primeros metros, nuestras primeras sospechas se hicieron realidad y los resbalones hicieron acto de presencia….. Un pequeño desánimo afloró en la moral del equipo y en el rostro de Jose, que había sido el promotor de la salida, se reflejaba un poco de decepción y culpabilidad. Aun así, con el mejor de los ánimos decidimos continuar con todo el cuidado del mundo sabedores de que en apenas 1km, las planchas de piedra tan características de esa zona finalizaban y el resto de la ruta constaba de caminos y senderos de tierra que probablemente estarían en un estado mucho más transitable.
Con todos estos pensamientos fuimos poco a poco avanzando paralelos al río entre placas de hielo, charcos, y piedras muy resbaladizas. Resbalones, sustos y alguna que otra caída leve provocaban risas y quejidos a partes iguales.
Después de un kilómetro, llegábamos al chiringuito de “La Foca”, allí cruzamos un puente para atravesar el río. Jose no estaba del todo convencido que desde ese punto el hielo iba a dejar de ser un problema pero no quedaba otra que intentarlo.
Por suerte, una vez que pisamos la pista de tierra, el hielo dejó paso a una fina capa de nieve sobre la que nos podíamos mover sin peligro. Ahora sí podíamos correr!!
Con ánimos renovados empezamos a correr en leve ascenso en dirección a Canto Cochino. Simplemente tuvimos que tener cuidado con pequeñas placas de hielo que podíamos esquivar sin problemas. Ya con calor en el cuerpo llegamos a Canto Cochino y desde allí nos dirigimos al sendero que sube hasta el Collado Cabrón.
Tomamos el sendero que ascendía sin parar durante 3-4 km. La capa de nieve iba aumentando en espesor, pero eso lejos de ser un problema, se agradecía.
El paisaje espectacular del sendero cubierto de nieve serpenteando en el bosque contrarrestaba con creces la fatiga que se iba acumulando con el paso de los kilómetros y el desnivel que poco a poco íbamos acumulando.
Durante el ascenso pudimos grabar algún que otro video y sacar fotos del grupo. Hoy tocaba disfrutar de la montaña y de los compañeros sin fijarse en ritmos ni umbrales de pulsaciones. ¿Entrenamiento o Diversión?… Hoy no había diferencia.
Aproximadamente una hora y cuarto después del inicio, llegamos al punto más alto de la ruta con casi 400 mts de desnivel en nuestras patitas. Nos encontrábamos en el llamado “Cruce de 4 Caminos”. Allí pudimos descansar, tomar fuerzas y hacer unas estupendas fotos del grupo.
Después de unos minutillos emprendimos el descenso en dirección al GR-10, la famosa “Autopista” de La Pedriza. Jose nos guiaba, pero a veces era muy complicado encontrar el camino totalmente oculto bajo la nieve. Comenzamos la marcha y a los 2 minutos se dio cuenta que íbamos en una dirección errónea. Tuvimos que dar la vuelta de nuevo hasta el cruce donde rápidamente encontramos la senda correcta.
A partir de aquí pudimos disfrutar de un larguísimo y divertido descenso por un estrecho y retorcido sendero cubierto de nieve. Vivimos uno de esos momentos por los que el trail running te engancha, una de esas sensaciones que quieres volver a experimentar.
Pronto llegamos a la “Autopista” donde seguimos el descenso en dirección de nuevo a Canto Cochino. Este tramo volvía a tener losas de piedra y raíces, por lo que pese a que extremamos la precaución tuvimos algún que otro resbalón y caída.
Una vez llegamos a Canto Cochino, tomamos la pista en dirección a “La Foca” por la que habíamos ascendido, allí ya sabíamos que nos volvía a tocar lidiar con las placas de hielo que se resistían a deshacerse.
Sanos y salvos llegamos al punto de partida habiendo realizado algo más de 10 km con casi 400 mts de desnivel acumulado en un tiempo de 1h y 50’. Allí nos tomamos el correspondiente refrigerio mientras veíamos las fotos y comentábamos “la jugada”.
En definitiva: mañana espectacular por la montaña que ni siquiera los resbalones y el hielo pudieron eclipsar.
Todos nos quedamos con ganas de repetir y estamos seguros de que ASÍ SERÁ.
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