Aquí tenéis el primer capítulo de la crónica de nuestro compañero Nacho, en su ruta hacia Filípides.

Ruta hacia Filípides (parte I)

Cuando me apunté al Club de Corredores Iron Sport 3C hace dos años nunca pensé en que acabaría preparando un maratón.

Yo salía a correr y disfrutaba de ello, pero reconozco que volver de trabajar por la tarde y encontrar la motivación para ponerme las zapatillas no era mi fuerte.

ruta hacia Filípides

Con estas me apunté al club, sin pretensiones. Hasta que un día piensas que ya llevas dos años corriendo regularmente, que has ganado fondo físico y que puede ser el mejor momento para marcarte un reto de verdad: preparar un maratón.

Lo primero que hice es asesorarme y ponerme en manos de profesionales. Estando en el club este paso fue sencillo, Cris y Juan te preparan el plan de entrenamiento personalizado necesario. En mi caso son dos días de entrenamiento en grupo (martes y jueves), que se complementan con una tirada larga los sábados, una salida más suave los lunes y trabajo de fuerza los miércoles. Todo respetando mi partido de fútbol de los domingos por la tarde.

La fecha señalada en rojo es el 28 de abril de 2019, Maratón de Madrid. El plan lo empecé a principios de enero por lo que ya llevo un mes preparándome y he podido sacar algunas primeras conclusiones.

Lo primero, es que este primer mes es de aprendizaje continuo. He aprendido que hay que ser constante, que si te saltas un entrenamiento es complicado recuperarlo porque el plan avanza con o sin ti.

También he aprendido que hay que sacrificarse un poco, porque hacer una tirada larga un sábado por la tarde en enero no es buena idea, mejor madrugar un poco y salir cuando hay sol.

Si, además, llueve y te ves corriendo de noche y empapado empiezan las preguntas “¿Quién me manda hacer esto?”, “¿Qué hago yo preparando un maratón?”, “¿Quién me persigue?”, etc.…

Otra cosa que aprendes es que si haces muchos kilómetros un día necesitas comer y beber algo durante el entrenamiento, parece obvio pero algún día me he sorprendido llegando a casa completamente vacío de fuerzas.

Y entonces empiezas a aprender sobre geles y barritas energéticas que nunca me habían acompañado en mis carreras. También aprendes, aunque esto ya lo sospechaba, que es infinitamente más divertido salir a correr en grupo. Y qué, si lo haces solo, unos buenos auriculares son obligatorios.

Y así, corrigiendo pequeñas cosas ha pasado un mes de entrenamiento y se notan las mejoras. He acabado muchísimo más cansado un entrenamiento de carrera suave durante 90 minutos en las primeras semanas que haciendo casi 20 kilómetros en el día que escribo este post.

Y como la cosa no para, ya tengo el nuevo plan para el próximo mes. Siguen siendo 4 días de carrera a la semana, pero veo que la cosa se pone seria. Los entrenamientos se hacen más largos para acumular kilómetros y aunque de primeras vuelvan las dichosas preguntas de porque me he metido en esto, sé que luego agradeceré cada kilómetro de preparación.

A pesar de la impresión que puedan dar tantos kilómetros sobre el papel, la motivación para seguir entrenando va en aumento y es que ver cómo semana a semana vas superando las sesiones de carrera. En especial las tiradas largas, hace que cada vez veas más normal salir a entrenar y correr el equivalente a una media maratón o más, que hasta ahora era la distancia más larga a la que me había enfrentado; y que la historia de este reto puede tener un buen final.

Esperamos que os haya gustado, en unas semanas la segunda parte.